miércoles, 17 de abril de 2013

Breve comentario de "Granja Animal" de George Orwell


Pues terminando de leer “Granja Animal”, una novela corta muy entretenida y más cuando se conoce el contexto histórico de donde se basó, mismo con el que declaro no estar más familiarizado que el resto e la población que vemos documentales en el Discovery. Me centraré en el tema de tesis de la obra y las comparaciones de personajes y la vida real, que resultan muy interesantes.
Básicamente es una crítica a la dictadura rusa con tintes irónicos muy bien logrados; es fácil reír y sonreír durante toda la lectura.
Durante el desarrollo de los acontecimientos, uno se pregunta cómo es posible que acciones tan absurdas (y sobre todo injustas) hayan tenido lugar. Pero la realidad sobre pasa por mucho al absurdo de la novela. Lo ocurrido en Rusia no es más que un ejemplo de las iniquidades que azotaron el siglo XX e impusieron dictadores por todos lados escudándose en la bandera de las ideas socialistas. Todavía en el mundo “libre” se tienen la sensación de vivir bajo una dictadura solapada por el conformismo de muchos y se manifiesta en la conocida frase “¿Qué le vamos a hacer?” (si aquí nos tocó vivir). Así que no podemos evitar hacer comparaciones más o menos flagrantes entre los cerdos de la granja que describe Orwell y los de la política que escuchamos día a día salirse con la suya.
En éste libro tenemos el protocolo de formación, paso por paso, de una dictadura. Nos recuerda la formación de otros gobiernos tiránicos de la historia donde se empieza por destituir un gobierno injusto para implementar otro igual o más canalla. El fascismo extendido del siglo XX también dio la excusa perfecta para gente sin escrúpulos dispuesta a sacrificar miles y millones de vidas a cambio de la enfermedad llamada “poder”. Cabe mencionar que las metáforas de Orwell no se limitan a Rusia, también pone en tela comparativa la revolución francesa, que empieza por el pueblo exigiendo sus libertades, harto de sufrir el peso de la monarquía, y termina por otorgarle el poder a un militar acomplejado que acabo por autonombrarse emperador. Napoleón se ve equiparado con Stalin, a diferencia de que Stalin duró más en el poder y su filosofía (si se le puede llamar así) se repartió sanguinariamente dejando huellas que todavía se pueden ver.
Siguiendo con las comparaciones, tenemos un cerdo llamado Mayor que antes de morir deja una idea de libertad y gobierno de los animales por los animales. El primer personaje que salta a la mente es Marx (Marx... Max... Mayor) para luego dar detalles que nos hacen compararlo también con Lenin.
Hay un poeta en el nuevo régimen: Mínimus. Aquí el juego de palabras y el hecho de que es un poeta nos recuerda a Máximo Gorki. El personaje de Orwell no sólo apoya al gobierno en turno, sino que además es aceptado y protegido por su líder. Algo parecido ocurrió con Gorki. Vale un comentario sobre el autor de La Madre (novela por demás regionalista al grado de dificultar la apreciación como lector foráneo en un contexto tan local): tiene la hermosa facilidad de todo buen poeta pero le falta la universalidad que consigue Marx. ¡Vaya! Otros connacionales rusos brincan con mayor facilidad en el recuerdo colectivo. Parecido a los autores predilectos del imperio napoleónico, fue utilizado para enaltecer al gobierno y taparle los ojos al pueblo. En este sentido corrió el riesgo de perderse en el anacronismo; para muchos ese fue, en efecto, el caso.
Hay otras comparaciones más mundanas donde entran políticos, gobiernos de otros países y el mismo pueblo.
Concluyo que es un excelente ejemplo de distopía, amargamente sacado de la realidad misma. Nos deja pesando qué tan animales somos para permitir tanta desigualdad en nuestra sociedad.
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